Registro de distribución de los lotes de sembradura en la colonia de Tórim, bajo la dirección del Ingeniero Agustín Díaz. Versión 1

Descripción

Plano base para el registro catastral de lotes pertenecientes al pueblo yaqui de Tórim en 1888. Fue realizado bajo la dirección del ingeniero militar Agustín Diaz, quien estaba al mando de la Comisión Científica de Sonora (CCS). Este destacamento operativo, jerárquicamente bajo las órdenes de la Comisión Geográfico Exploradora, era el encargado de apoyar a la Secretaría de Guerra y Fomento en la pacificación, deslinde y colonización de los valles de los ríos Yaqui y Mayo en Sonora.


Al llegar la CCS al valle del Yaqui estableció en Tórim su base de operaciones (1ª zona militar) convirtiendo al pueblo en una colonia militar y sitio estratégico para sus propósitos. Resultado de sus actividades encomendadas se encuentran estos registros que organizaban la colonización del lugar, a la par de alentar el desarrollo económico con base en un modelo de corte liberal, el cual prevalecería hasta la revolución. Los levantamientos y deslindes realizados en los pueblos yaquis y mayos para tener claridad fiscal debían cumplir con las siguientes características: los deslindes debían tener fundamento en puntos de referencia que permitieran localizar mediante coordenadas geográficas cada lugar (en la práctica serían las mojoneras), una vez hecho esto, se debía trazar un cuadrilátero perfecto que delimitara el espacio territorial de cada pueblo, este cuadrilátero o Colonia agrícola se dividía en (25) cuadriláteros más pequeños identificados mediante números romanos, y estos a su vez fueron divididos en lotes de dos clases, unos para la “sembradura” o suelo agrícola, y otros para ser utilizados como “solares” o suelo urbano destinados a la vivienda; tal organización territorial tenía gran semejanza con las trazas urbanas presentadas en los Estados Unidos desde finales del siglo XVIII.


La planeación poblacional del gobierno porfirista respecto a los pueblos yaquis y mayos indicaba que entre cada lote concedido a una familia indígena se localizaría uno apartado para “gente civilizada” –o “colonizadores”– que ayudarían al “adelanto moral” de los indios; es por ello que, más allá de repartir tierras entre los nativos, se buscaba establecer colonias mixtas para favorecer el mestizaje y hacer prosperar la economía, manteniendo sosegados a los Yaquis rebeldes.