Plano de la Colonia de Tórim: [suelo urbano]

Descripción

Plano que muestra el suelo urbano (solares) adjudicado y comprendido en las 38 hojas de datos, remitidos a la Secretaría de Fomento para la expedición de títulos en la colonia de Tórim. Para lectura y contexto del presente plano, existen dos datos a tener en cuenta: primeramente, el decreto sobre la colonización y compañías deslindadoras del 15 de diciembre de 1883 decía, en su artículo 1°:


"Con el fin de obtener los terrenos necesarios para el establecimiento de colonos, el Ejecutivo mandará a deslindar, medir, fraccionar y valuar los terrenos baldíos o de propiedad nacional que tuviese en la República, nombrando al efecto las comisiones de ingenieros que considere necesario, y determinado el sistema de operaciones que hubiese de seguirse... Las fracciones no excederá en ningún caso a dos mil 500 hectáreas."


Segundo, los permanentes intentos en el Valle del Yaqui, por parte del gobierno porfirista para realizar un proceso de colonización mientras se sostenía la guerra contra los indios, en la Campaña del Yaqui; a través de ello, se favoreció la apropiación ampliada de tierras del valle, el asentamiento de nuevos colonos en antiguas localidades indígenas y la permanencia de quienes tiempo atrás se habían establecido –sin ser indios– en las localidades yaquis. En este contexto de guerra se llevó a cabo el deslinde de tierras del valle. En 1888 se concluyó con el trazo y fraccionamiento de “los pueblos del río”, es decir, de los ocho pueblos tradicionales yaquis, y en 1892 ya se habían entregado títulos de concesión.


Con ambos referentes, el plano indica la planificación y cantidad de propiedades adjudicadas en Tórim, lugar fuertemente militarizado en 1888 al establecerse ahí la 1ra. Zona militar. Lo que también explica la gran cantidad de títulos otorgados a militares o familiares de estos para asentamiento en el sitio. En tal sentido, la planeación poblacional del gobierno porfirista respecto a los pueblos yaquis y mayos indicaba que entre cada lote concedido a una familia indígena se localizaría uno apartado para “gente civilizada” –o “colonizadores”– que ayudarían al “adelanto moral” de los indios; es por ello que, más allá de repartir tierras entre los nativos, se buscaba establecer colonias mixtas para favorecer el mestizaje y hacer prosperar la economía, manteniendo sosegados a los Yaquis rebeldes.