Por: Argelia Tiburcio Sánchez
3/nov/2022
El Plan Hidráulico del Noroeste (PHLINO) es uno de los diferentes planes de desarrollo integral de regiones formulados en la época de oro de la irrigación en México (1950-1970) cuando el agua se convirtió en un recurso estratégico, central en las políticas de desarrollo del país que instauró la Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH). La SRH contaba con un importante presupuesto público, un gran número de personal calificado y con todas las atribuciones que le permitían decidir sobre la política hídrica en el país en todos los ámbitos: desde el abastecimiento de agua potable y drenaje, hasta la construcción de grandes presas de almacenamiento que incluyen hidroeléctricas y complejos sistemas de riego.
A finales de la década del 1970 se hizo cada vez más palpable la escasez del agua en la mayor parte del país, derivado de la creciente competencia por el recurso en el que se acentuaban las limitaciones debido a su desigual distribución tanto geográfica como temporal. En este contexto se cambió la política de gestión de cuencas que venía operando, por el enfoque del desarrollo integral de regiones que consideró la elaboración de planes de largo plazo. Dentro de estos planes se formularon el PLHINO, El Plan Hidráulico del Golfo Norte (PLHIGON) y el Plan Hidráulico del Centro (PLHICEN), que mostraron las soluciones basadas en grandes infraestructuras hidráulicas (Domínguez, 2019).
A inicios de 1967, el entonces Secretario de Recursos Hidráulicos, José Hernández Terán, declaró la necesidad de realizar planes y estudios de largo plazo que aseguraran la continuidad de la planeación del desarrollo económico y social del país pues ya no era viable continuar con una visión sexenal.
“Conforme a tal política se ha elaborado el Plan Nacional de Obras de Pequeña Irrigación programado a diez años, y en igual sentido se procede en el agua potable urbana, en tanto que el Plan Hidráulico del Noroeste va más lejos” (El Informador, 1967).
Fue hasta el año de 1968 que las ideas principales del plan fueron publicadas en la revista Ingeniería Hidráulica. Posteriormente en el año 1971, se publicaron los diferentes planos y proyectos que formaron parte del PLHINO en manos de los ingenieros de la SRH.
El PHLINO fue un plan de desarrollo regional con el objetivo de aprovechar íntegramente toda el agua del noroeste del país, región delimitada desde el Río Santiago en Nayarit al río Sonora, mediante la construcción de obras hidráulicas para interconectar cuencas vecinas y transferir los excedentes de agua del Sur hacia el Norte para eliminar la desigual distribución del agua (SRH, 1968).
Estas obras contemplaron presas de almacenamiento, derivadoras, canales de interconexión, canales de conducción, plantas de bombeo, sistemas de distribución, drenaje y caminos. Dada la magnitud del proyecto, los ingenieros de la SRH contemplaron su realización por etapas, de tal forma que se elaboró un Programa de Acción Inmediata (PAI) en el año 1976 (SRH, 1972).
Como el mismo PAI indica, el principal criterio para definir qué zonas serían más prontamente beneficiadas fue principalmente económico y estarían en razón de dar impulso a aquellas regiones que mostraran mayor rentabilidad económica y que, de acuerdo con las proyecciones, en el futuro presentarían déficits de agua (SRH., 1972).
Como el mismo PAI indica, el principal criterio para definir qué zonas serían más prontamente beneficiadas fue principalmente económico y estarían en razón de dar impulso a aquellas regiones que mostraran mayor rentabilidad económica y que, de acuerdo con las proyecciones, en el futuro presentarían déficits de agua (SRH., 1972).
Derivado de estos estudios que consideraban principalmente factores económicos, se identificó que los proyectos que abarcaban la región del río Sinaloa y Yaqui-Mayo eran los más rentables y, por lo tanto, aquellos a los que se darían prioridad. En el PAI se proponía aprovechar en conjunto las corrientes de los ríos Sinaloa, Fuerte, Mayo y Yaqui, utilizando las presas de almacenamiento y derivación ya en operación en los últimos tres ríos y construyendo una presa de almacenamiento y una derivadora en el Río Sinaloa, así como un sistema de canales para transferencia de agua entre cuencas (SRH), 1976).
De igual manera, se hicieron pronósticos para determinar la oferta y demanda de agua en los años venideros donde se determinó que la zona Norte (que abarca la Costa de Hermosillo, Valles del Sahuaral y Guaymas) ya presentaba sobreexplotación de acuíferos y, que, de seguir esa tendencia, en pocos años se presentaría un déficit del recurso. De ahí que se plantearon diversas alternativas, dentro de las cuales se consideró llevar agua del sur desde el Río Yaqui hasta la Costa de Hermosillo. Siendo este el primer antecedente de la construcción de un acueducto que trasvasase agua a la Costa de Hermosillo.
De acuerdo con los estudios realizados en la época para llevar el agua del río Yaqui hacia Guaymas y Hermosillo, sería necesario tomarla de la presa Álvaro Obregón (Oviáchic) y de ahí por gravedad conducirla hasta el Valle de Guaymas en donde se estimaba el resto del caudal tendría que bombearse en un sitio llamado Maytorena para franquear la serranía que está al norte de Guaymas.
Las obras contempladas no fueron construidas por más de una década. La época dorada de la SRH llegó a un abrupto final en 1976, cuando se fusionó con la Secretaría de Agricultura para formar la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SAyRH). El sector agrícola empezó a verse poco a poco desplazado por la actividad industrial, comercial y de servicios en Sonora. Ya entrada la década del 1980, se vivió una crisis económica que redujo la construcción de infraestructura hidráulica.
Sin embargo, en la Costa de Guaymas el agua subterránea resultó insuficiente para las ciudades de Guaymas, Empalme y San Carlos en las que se instaló la industria maquiladora de exportación y el turismo de playa extranjero. En el año 1984, se realizó una petición para construir el acueducto Río Yaqui – Guaymas, por medio de un canal que toma aguas de los pozos de Boca Abierta provenientes de la cuenca del río Yaqui a las inmediaciones de Empalme y Guaymas. Los documentos históricos no precisan bien cuando inició la construcción de la obra, pero en los documentos actuales de la Comisión Nacional del Agua indican que el acueducto Río Yaqui – Guaymas inició operaciones en el año 1991 con un volumen de 31.5 millones de metros cúbicos al año.
La construcción del acueducto Río Yaqui – Guaymas constituyó el primer trasvase de agua de la cuenca del río Yaqui hacia otra cuenca, la del río Mátape. Debido a que la reducción en el volumen del flujo de agua sólo afectaba a los yaquis asentados en la margen norte del río, en un contexto en el que la burocracia hidráulica tenía aún mucho peso en la región con un discurso que se observa ha permeado en la cultura del aprovechamiento del agua en la región. Esto es que cada gota de agua que fluyera hacia el océano era un desperdicio y que el estado debía desarrollar infraestructura hidráulica para capturar la mayor cantidad de agua para el uso humano. De ahí que el PHLINO y el PAI expresaron de manera muy clara esta visión al indicar que la necesidad de canalizar los recursos a las obras que representaron mayor rentabilidad de inversión, su recuperabilidad y el ingreso de divisas, por encima de los problemas ambientales, las necesidades sociales, los impactos económicos y sociales derivados de la construcción de dichos acueductos.
El tramo Guaymas –Hermosillo no se realizó. El costo de la obra resultó excesivo en un contexto de crisis económica, pero quedó latente la idea entre un buen sector de la población (agricultores principalmente) que el trasvase de agua constituye la única solución ante la escasez de agua. A inicios de 1990, la sobreexplotación del agua y el crecimiento de Hermosillo abrieron, abrieron nuevamente el debate, pero el acueducto no se realizó por las crisis económicas prevalecientes. Fue hasta en el 2010 que esta idea fructificó y se hicieron las inversiones, pero en condiciones completamente diferentes: la construcción del Acueducto Independencia se hizo en un contexto de fuerte oposición de parte tanto de la población Yaqui como de los agricultores del distrito de riego 041, pues las necesidades de agua habían aumentado y existía una mayor conciencia ambiental y social de lo que representa el agua.
Domínguez, J. (2019). La política del agua en México: a través de sus instituciones, 1917-2017. Ciudad de México: El Colegio de México. Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales.
Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH). (1968). El Plan Hidráulico del Noroeste. Revista de Ingeniería Hidráulica, 22(1), 46-64. [abrir archivo]
Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH). (1976). Plan Hidráulico del Noroeste. Programa de Acción Inmediata. Estudio de Factibilidad. Apéndice VI. Estudio del canal Yaqui-Guaymas- Hermosillo. Distrito Federal: Secretaría de Recursos Hidráulicos.
Secretaría de Recursos Hidráulicos. (1972). Plan Hidráulico del Noroeste. Programa de Acción Inmediata. Estudio de Factibilidad. Distrito Federal: SRH.